Para conseguir ponerle freno al diáemblem interno negativo nos podemos basar en los siguientes cuatro consejos.
Habla en segunda persona: los estudios demuestran que es más efectivo hablar con la segunda persona singular que usar el Yo.
Por último, después de haber investigado con al menos unas cuantas personas y haber generado una lista de posibles alternativas, encuentra las dos o tres que parezcan adecuadas para ti y pruébalas.
La frustración siempre está a la orden del día para éstas personas que siempre ven frente de sí no la meta ya alcanzada sino un puntaje mejor del que obtuvieron “me salió bien… pero lo pude haber hecho mejor” “esto no sirve”; son las frases típicas de este tipo de personas cuya automobile crítica raya en la soberbia.
Reconoce los pensamientos disfuncionales y conviértelos en funcionales: reconoce tus frases desalentadoras y negativas y practica convertirlas en frases positivas y motivadoras.
Realiza listas de actividades o tareas por cumplir, poniendo en primer lugar las más importantes a realizar.
Si un niño fue criticado a menudo de pequeño, no es de moreñar que en la edad adulta dude de cada paso que da y de sus capacidades. Su voz interior controlará absolutamente todas sus acciones, intentando evitar errores y fracasos.
Podemos darnos cuenta de que estamos presentando estás conductas cuando no podemos lograr nuestros objetivos, aun sabiendo que contamos con las herramientas necesarias para hacerlo. Así mismo, se puede percibir cuando tu autoconcepto es negativo y puedes autosabotearte.
Esto quiere decir que somos nosotros mismos los que evitamos conciente o inconcientemente alcanzar nuestras mentas o el éxito y razones hay muchas, pero si queremos trabajar en el autocuidado debemos superar esas trabas.
Es la respuesta que le da nuestro Moi a determinada situación para hacernos reaccionar de cierta forma:
Este tipo de pensamiento puede llevarnos a evitar riesgos, a procrastinar o a rendirnos antes de intentarlo, creando un círculo vicioso que refuerza las creencias negativas que lo originaron.
Cuando somos niños no podemos aceptar el dolor que nos pueden generar, y para gestionarlo o website bien nos culpamos por lo que sucede o negamos el dolor fingiendo que somos felices. En ambos casos no se está conectado con la experiencia presente. Como dice Jorge Bucay, este dolor lo depositamos en unos barriles que escondemos bajo el agua para que nadie los vea y dedicamos la mayor parte de nuestra energía a que no suban a la superficie y a que sigan ocultos.
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Para reconocer que tu autosabotaje está sirviendo a un propósito, tienes que ser capaz de suspender el juicio sobre las consecuencias negativas finales del comportamiento, y ser lo suficientemente comprensivo para ver que está sirviendo a una función que, al menos en un sentido limitado, ¡tiene sentido!